Jorge González, un Rebelde con Causa, el más terrible de los
sentimientos, es el sentimiento de tener la esperanza perdida.
Genial fue la actuación de Jorge González en el Festival de la Canción de Viña del Mar.
Una presentación donde el niño terrible dejo en el escenario más que canciones
comprometidas con el hombre y sus causas. Mostró arte no panfletario que en
bellas melodías denunció lo que oprime a mayorías a quien un sistema inhumano
quisiera dar algo de pan y mucho circo.
Al músico no le interesaron antorchas ni gaviotas. Entregó el mensaje dejando
claro que el artista no es bufón de poderosos, sino palabra, verso, el rayado
plasmado en pintura al servicio de grandes causas que buscan la liberación de
toda estructura montada para que una clase adinerada mantenga privilegios.
Sin duda lo mejor hasta ahora del festival es esta actuación. El sanmiguelino
tuvo la valentía de decirle al monstruo empresarial, en sus fauces que el
artista no es hombre que vive sólo de aplausos y premios. El verdadero artista
es quien pone su genialidad para ser voz de los que no pueden o no dejan hablar.
Todos hemos pateado piedras. Todos conocemos el dolor de una educación no
conducente a nada. Todos hemos sentido el grito impotente de ver cómo algunos
se reparten el país. Todos hemos alguna vez querido gritar nuestra impotencia
con pasión, furor, fuerza. Jorge González en la noche festivalera, sacó de
muchos corazones, incluyendo el mío las causas que defendemos y son nuestras.
¡Qué duda cabe, que queremos nueva Constitución! ¡La causa mapuche es la
nuestra y repudiamos el robo de tierras ancestrales y su reclamo es nuestra
demanda también!
El arte esta noche fue fiesta. Y en la mejor tradición del artista comprometido
con su pueblo Picasso revivió su grito en contra del fascismo en España. Neruda
volvió a lanzar sus versos de amor y furia. Violeta desgranó letras denunciando
al que encarcela y asesina. Sin decir su nombre, la actuación de Jorge González
fue homenaje a Víctor Jara silenciado por balas de mano militar.
Ver a miles de jóvenes con pasión cantando y aplaudiendo, demuestra que los
sueños no han sido clausurados. Que pese a estigmas y acorralamiento, represión
y falsas acusaciones los rebeldes muchachos y muchachas tienes causa.
Chile con esos jóvenes cantando envió la potente señal, que desde hace un
tiempo nada es igual.
Se derrumban las catedrales con las liturgias de la mentira y el abuso. Sin
miedo se nombran a los adoradores del Dios dinero. La tontera deja caer su
máscara y ni antorchas ni gaviotas sirven cuando un trabajador es asesinado.
¡Qué gran espectáculo presenciamos! Fue un paseo por este país desde los años
cuando las canciones y los versos impresos en panfletos nos hablaban de la
lucha por la libertad. Canciones, arte que sostuvieron nuestras vidas en la
dura lucha de vivir en medio de la muerte impuesta por la dictadura.
Las canciones de Jorge González llevaron mis recuerdos a los compañeros de las
peñas solidarias. A los acordes de guitarra en la Población , para esconder
que estábamos usando un mimeógrafo para los panfletos del día que viene.
Homenaje a los que murieron en manos de asesinos financiados por los mismos que
hoy hacen montajes inculpando a inocentes.
No soy viudo del recuerdo dice González. Tal vez un viejo que no deja de soñar
un mundo nuevo, fraterno, de compañeros de ruta. Esta noche de festival el arte
con fuerza dijo su palabra, no por una antorcha o gaviota, sino como dijo el
subversivo de Nazaret, sólo la verdad nos hará libres.
Mi respeto y admiración a Jorge González. Tu verso desgranado en la Quinta Vergara es
un paso para que la tierra sea el paraíso de toda la humanidad. Guste o no
guste cobre lo que cobre JORGE GONZALES es LEYENDA y los comentarios solo
anécdota. Jorge es pasado, presente y futuro, en consecuencia es una leyenda
viva. Para los poderosos y usureros es un loco o patán pero para el pueblo ya
es leyenda.
Una de las cosas por las que respeto a Jorge González es por su sinceridad. Sus
palabras son como una patada. Me gusta que la gente se enoje, que se remueva,
que sea capaz de unir música con contenido y entretención. Y él tiene esa
actitud de decir lo que se le antoje.
En la época más dura de la dictadura, los conciertos de Los Prisioneros
funcionaban como mítines rockeros. González atacaba y salía jugando. Le daba lo
mismo la censura: prácticamente no los tocaban en las radios y muchas veces les
quitaban gimnasios provinciales y en las comunas para sus presentaciones a
última hora. Esos años, sin embargo, no aminoraron su poderío. Más bien, lo
aumentaron.
Los Prisioneros o, más bien, Jorge González conectaron mucho con la gente por
los discursos de la época más dura de Chile. Tenía una postura contra el
Gobierno y eso logró que la gente se identificara más rápido al escuchar su
música.
Esa valentía de un artista, de un joven chileno consecuente, nos gusta a todos.
Jorge González tiene un bien merecido lugar en la Historia de Chile, la historia
la escribe el pueblo también sus artistas: Y Jorge lo ES.
Gracias Jorge por poner en palabras los sentimientos y certezas que nos provoca
tú actuación, en hermosas y atinadas palabras.
Audito Saavedra Martínez
Profesor y dirigente.
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