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Provincia
imperial, Chile, abril de 2013.
Hoy
nuevamente nos enteramos, algunos amigos de Eduardo, de un nuevo comunicado de la Asamblea Nacional
por los DD.HH.. Al parecer, han encontrado que somos dignos de tener más y
mejores antecedentes de lo ocurrido con nuestro compa. Entendiendo el objetivo
de esta segunda carta, trataremos de comprender y opinar sobre las razones
poderosas que tomó la ANDDHH
en contra de nuestro amigo y compa,
Eduardo Sánchez.
A continuación, un casi total extracto
del comunicado de la ANDDHH.
“Este ex integrante de ANDDHH, de hace
años, arrastra el problema reiterado, de ser identificado como informante, por
organizaciones hermanas, situación que en algunos momentos fue punto de
discusión en nuestra tabla, y como Asamblea muchas veces fuimos increpados, del
por qué Sánchez continuaba en la coordinadora, no había ninguna prueba
concreta, sino, solamente algunas incoherencias en métodos y estilos del
quehacer, pero hoy frente a esta situación, tienen sentido dudas que se
generaron, más aun, cuando son otros y no nosotros los que tienen los elementos
de prueba y que generosamente, los entregaron a la asamblea –que son los
antecedentes que lo vinculan con el caso de infiltración del agente PDI Iván
Roberto Santana, también fotógrafo en las movilizaciones, situación denunciada
además públicamente en diferentes medios de Internet- por tanto existe una gran
poderosa razón, se vulneró un valor esencial para las organizaciones que
conformamos hoy en entramado político-social y cultural de nuestro pueblo, y
que se llama, CONFIANZA…….
……… consideramos nuestro Deber y Derecho
hacer esta denuncia política en términos públicos por la implicancia que esto
pueda tener y tiene en los sectores movilizados, y porque al omitir y callar
seriamos cómplices de quienes tienen como objetivo quebrantar, dividir,
controlar y luego golpear a nuestro pueblo, la historia es reciente y a 40 años
del Golpe Militar no olvidamos que la dilación y la penetración de los
servicios de inteligencia en las organizaciones tuvo como resultado la prisión
política, ejecutados políticos y detenidos desaparecidos, hoy es montajes,
testigos protegidos, secuestros Express………..”
Podrán
decir que soy bruto o que sencillamente no sé leer, pero aun no puedo entender
que una ONG, que centra su labor en la difusión y protección de los DD.HH., hoy
cometa tantos gravísimos errores, por no decir que insulta la inteligencia de
un niño de cinco años.
Para
comenzar, definitivamente la
ANDDHH aclara que hace años que existen rumores, por parte de
organizaciones hermanas, que vinculan a Eduardo Sánchez con la infiltración y
que fue motivo de análisis en más de una oportunidad. Lo que si queda claro, es
que en esos momentos nadie tuvo las pruebas suficientes para aclarar la
situación o fueron vistas como incoherencias, por parte de la ANDDHH. Hasta ese punto me
imagino que se intentó hacer una “investigación seria” de esas acusaciones, de
lo contrario hubiese sido poco comprensible que lo mantuviesen vinculado a la ONG, en cuestión, si es que no
hubiese sido inocente de tales difamaciones.
Lo
curioso es que al parecer nunca hubo interés en realizar una investigación, ya
que según lo escrito, las dudas se mantuvieron por años y de la noche a la
mañana, esas dudas pasaron a tener sentido, ¿cómo, cuándo y dónde….?
Supuestamente, son otros los que tienen pruebas y “generosamente” las
entregaron a la ANDDHH. Yo
me habría imagina que si una organización o persona, vinculada a los
movimientos sociales u ONG´s de DD.HH., debieren de tener, no la generosidad
sino, la obligación de entregar información relevante, sobretodo en casos de
infiltración de movimientos sociales por organismos de seguridad. Pero, al
parecer la gran prueba es la vinculación de Eduardo con en “caso infiltrados”.
Wow, que maravilla de conclusión. Se supone que según dichas palabras, si hoy
encontramos un infiltrado en la
ANDDHH ¿Deberíamos dudar de todos los “integrantes” (palabra
utilizada por ANDDHH) de dicha organización?
Es
bueno clarar que uno espera una cierta rigurosidad en el modo de actuar de
algunas organización de DD.HH., más
cuando se trata de acusaciones sin fundamente, a un individuo o cuando tratan
de decirle al mundo que están dando explicaciones coherentes de su actuar.
Señalar
a Internet como medio de prueba es realmente poco serio. Todos estamos claro
que el PDI, Rafael Segovia, no fue descubierto por chismes de Internet, sino
por un trabajo serio de investigación y que se apoyará en la Ley de Transparencia,
exigiendo explicaciones a la PDI
sobre el rol y finalidad que perseguía este sujeto, principalmente porque hubo
personas que se vieron expuestas a través de las fotografías que tomaba en la
calle y otras tantas que lamentablemente, e inocentemente, lo consideraron un
compañero y amigo. Pero, nuevamente se nos enrostra en la cara, con mayúsculas,
la CONFIANZA,
como gran y único valor existente en la ANDDH..
Es
obvio que hoy hemos perdido absolutamente la confianza en ti, en mí y en todos.
Hoy, como en los mejores tiempos del oscurantismo europeo del siglo XV; el
Martillo de las brujas, de Kramer, se hace presente para indicarnos cómo
tenemos que hacer para cazar a un infiltrado, pero todos sabemos que al final, estadísticamente
hablando, el porcentaje de brujas muerta fue ínfimo, y casi nulo, en
comparación con todas las mujeres inocentes que cayeron en manos de un genocida
y misógino, como Kramer.
Volviendo
al siglo XXI, no podemos negar los derechos de una Corporación, Fundación u
ONG, ya que estos están consagrados en nuestro ordenamiento jurídico actual.
Pero, si podemos evaluar los deberes cumplidos e incumplidos por una
organización de DD.HH. como lo es la Asamblea Nacional
por los DD.HH..
Obviamente,
la denuncia de la ANDDH
es política, estratégica o astuta, porque es irrebatible que pretende lavarse
las manos ante las circunstancias por todos sabidas y cortar el hilo por lo más
delgado, sin dejar de lado el hecho de que sea un “proceso público”, vulnerando
principios fundamentales de los DD.HH. como lo es el debido proceso, la
legítima defensa y la presunción de inocencia, claramente esos principios no
tienen validez para algunos, porque únicamente pretenden “quebrantar, dividir, controlar y luego golpear a nuestro pueblo”,
para intentar manipular los movimientos sociales que no quieren caer en el
juego sucio de la política partidaria y de organizaciones que se dicen defender
los DD.HH., que son mas bien utilizados para beneficio personal y financiaron
de algunos pocos lucradores.
Que
terrible que se hable de “prisión
política, ejecutados políticos y detenidos desaparecidos”, cuando
justamente esas victimas de la dictadura de Pinochet, jamás tuvieron un debido
proceso, una legítima defensa y presunción de inocencia. Sencillamente, fueron
condenados, o eliminados, por pensar diferente al, todo poderoso, tirano de
turno. Los DD.HH. son para todos y no para la gracia de un grupo en especial,
como también hay que aclarar que no son temas de interpretaciones teológicas.
Los DD.HH. se aplican o no se aplican, se defienden o se hace a un lado.
Seguramente,
quien escribe este comunicado de la
ANDDH, no sólo tiene problemas de puntuación, sino que además,
es de los que acostumbran a enseñar a los más jóvenes, mostrando sus añejas
jinetas e intentando exponerse como gran dirigente. Lo que es claro es que los
movimientos sociales están infiltrados por agentes del fascismo, por agentes
partidistas y organizacionales, con el único fin de manipularlos. Utilizan los
40 años del golpe militar y la figura de uno de los pocos políticos de real
respeto y valía nacional e internacional,
como lo es la del presidente mártir Q:.H:. Salvador Allende, para decirnos: “compañeros, nosotros también somos iguales
a ustedes, confíen en nosotros”. Por lo menos Allende se inmoló,
defendiendo los principios de la “república” y de los logros sociales. Él no se
arrancó al exilio u hoy se encuentra usufructuando del estado o de
organizaciones de DD.HH. corruptas.
Y
para finalizar, nos hablan de “montajes, testigos protegidos y secuestros
Express”, como si la ANDDHH
hubiese estado presente en el bullado “Caso Bombas”. Yo jamás los vi… Yo me
pregunto: ¿Acaso esto no es un montaje? ¿Acaso no acabamos de leer que tienes “testigos protegidos”? Lo interesante es
que hablan de “secuestros Express”,
delito que curiosamente ningún abogado de DD.HH. u organizaciones a fines ha
podido probar en plenitud ante la justicia chilena.
Se
han denunciado, por mucho tiempo, los “secuestros
Express” y nunca ha existido una real voluntad por parte de estas
organizaciones por destinar recursos humanos y económicos para probar este
delito antes las cortes nacionales y ante la Corte Interamericana
de DD.HH.. ¿Por qué…? ¿Será más fácil culpar públicamente a un inocente y no
gastar un peso en ello? Eso señores, ¡se llama farándula!
Señores,
la duda ya es parte de mí, de ustedes y de todos los movimientos sociales.
Yo
no tengo poder político, ni me respalda un estado, un gobierno de turno y mucho
menos una organización de DD.HH., soy un simple y común ciudadano que pide
explicaciones sobre la acusación que se le brindó a mi compa y amigo.
El
primer y segundo comunicado es firmado por “40
años del Golpe Militar-No olvidamos, Asamblea Nacional por los Derechos Humanos”.
Me encantaría saber el nombre de quien redactó dichos comunicados, porque ahí estarían
expuestos los responsables de lo que considero una infamia y calumnia hacia un
amigo. Así seria más fácil probar o descartar un montaje y no hablaríamos de
testigos protegidos.
Si
estoy en un error, seré yo quien pida disculpas públicas y asuma las
responsabilidades de mis faltas, ya que sólo soy yo, el único responsable de
esta carta, un simple y vulgar ciudadano que pesa menos que un paquete de
cabritas, pero que no dejará a un compa solo y abandonado por el capricho de
unos cuantos políticos termocéfalos.
Si
existe algún amigo de Eduardo Sánchez en la ANDDHH, le pediría que lo llame, pero no para
preguntarle como se siente por ser acosado falsamente, sino para preguntarle cómo
está él y cómo está su familia, sería bueno y humano…
Atte.,
Milan Mauricio Grušić Ibáñez
8866930-4
Opinante y hombre libre.
