Por: Jessica Aguirre
Directora UNADIKUM Chile
No se puede correr cerca de un control, menos cerca del muro del apartheid, quien lo haga muere acribillado a la distancia.
Amnistía internacional ha revelado que unas cincuenta Palestinos pierden la vida en estos controles, asesinados impunemente por el ejército israelí al año.
Un centenar de mujeres ha parido en las filas de espera.
Decenas han muerto esperando pasar en las ambulancias que son retenidas.
Directora UNADIKUM Chile
Los "checkpoints" son puestos militares que controlan el movimiento de la población Palestina en Gaza y Cisjordania coartando la libertad de movimiento de la población Palestina. Los chekpoints más crueles son los que están en el muro del apartheid que divide a Palestina, donde pueblos completos y familias quedaron divididos.
Una de las tantas formas de asfixia y castigo colectivo que Israel aplica para lentamente desaparecer todo vestigio de Palestina, siendo el más visible el asedio y el bloqueo.
Se estima que hay más de 250 checkpoints o puestos de control israelíes desparramados en puntos vitales para la conexión y el intercambio de las poblaciones cercadas.
Los pasos o chekpoints se abren tres veces al día apenas 15 minutos cada vez. Esto implica que 30 ciudades han quedado aisladas de servicios sanitarios, 22 de sus escuelas, 8 del agua y 3 del servicio eléctrico.
Esto le ha costado la libertad de movimiento a alrededor de 2 millones 750 mil Palestinos que viven en Cisjordania y Jerusalen ya que se encuentran severamente restringidos por un sistema de permisos, muros y puestos de control impuestos por el régimen de Israel. Estas restricciones al libre desplazamiento impiden a los Palestinos el acceso a lugares sagrados de Jerusalen, así como espacios culturales, familiares, servicios básicos, trabajos, salud etc..
Viajar entre Cisjordania y Gaza, no está permitido, Salvo raras excepciones.
Los minutos y horas se hacen interminables en las colas y atascos en los checkpoints. Las humillaciones y vejaciones a las que están sometidos pasan sin excepción niñas, mujeres, hombres o ancianos Palestinos.
Esta intromisión en la intimidad física de las mujeres y niños (según Israel para verificar que no lleven bombas) incurre en una grave violación a los DD.HH..
Este trato que los uniformados dispensan a los palestinos en los controles, de cualquier edad y condición, es denigrante. La arbitrariedad es norma. En Hawara, uno de los controles más duros, hay dispuesto un estrecho pasillo por el que atraviesan el control las personas a partir de una cierta edad. Por debajo de los 32 años se prohíbe el paso, salvo que se cuente con permisos especiales. Pero hay días que se eleva la edad a 40 años, a 50. Nunca se sabe. Las colas son enormes a las horas punta, pero en cualquier momento se puede tardar horas en cruzarlo. Las discusiones de los palestinos con los soldados israelíes son continuas. Al menor incidente, confiscan las llaves de los coches; golpean a los jóvenes, amenazan con devolver al final de la cola a quien se queja; encañonan a la gente; las mujeres con bebés en brazos aguardan como todos, o se cierra el control sin explicaciones.
No se puede correr cerca de un control, menos cerca del muro del apartheid, quien lo haga muere acribillado a la distancia.
Amnistía internacional ha revelado que unas cincuenta Palestinos pierden la vida en estos controles, asesinados impunemente por el ejército israelí al año.
Un centenar de mujeres ha parido en las filas de espera.
Decenas han muerto esperando pasar en las ambulancias que son retenidas.
Incluso los chekpoints que existen entre Jordania e Israel, se someten a interrogatorios humillantes que pueden durar 12 horas, a toda persona extranjera con apellido árabe. Innumerables testimonios de estas vejaciones existen por parte de muchos Chilenos que se han atrevido a viajar a través de Jordania, para poder llegar a Jerusalén. Se les inspecciona tanto su cuerpo como sus pertenencias. A muchos se les ha negado la entrada y han sido deportados sin explicaciones.
Esto constituye además una grave violación a la cooperación y libertad de movimiento entre Chile Israel, en el cual nuestro gobierno no se ha atrevido a alzar la voz por el trato que reciben sus ciudadanos contraviniendo acuerdos bilaterales.
Son muchos los ciudadanos chilenos que han sido humillados y tratados de forma denigrante tanto en el Aeropuerto 'Ben Gurion' de Tel Aviv como en los pasos fronterizos terrestres de Eilat, Sheik Hussein y Allenby.
Atendido el nivel de relaciones políticas, económicas y militares con Israel, nuestro país no puede aceptar que exista un trato discriminatorio a portadores de nuestro pasaporte, por cuanto mientras los ciudadanos chilenos de origen judío, son admitidos incluso en actividades paramilitares, los ciudadanos chilenos de origen palestino o que se encuentran vinculados a ciudadanos palestinos son abiertamente discriminados y maltratados.