Provincia imperial, Chile, 10 de agosto de 2013
Por: Milan Mauricio
Grušić Ibáñez. Institutano siempre.
El Instituto Nacional “José Miguel Carrera” es el
establecimiento educacional más antiguo de la República de Chile, ya que
fue creado durante el gobierno de José Miguel Carrera durante el
periodo histórico denominado Patria Vieja. Su apertura fue realizada el 10
de agosto de 1813, tras la aprobación mediante un decreto de la
fusión de los diversos establecimientos educacionales existentes,
constituyéndose en el único centro de educación superior de la época, tras el
cierre momentáneo de la Real Universidad de San Felipe.
Los planes para su creación se deben a Juan Egaña, Manuel
de Salas, Francisco Echaurren y Camilo Henríquez, quién expresó que “El
gran fin del Instituto es dar a la
Patria ciudadanos que la defiendan, la dirijan, la hagan
florecer y le den honor”. Su lema es “Labor omnia vincit” ('El
trabajo todo lo vence' en latín).
En la actualidad es un liceo municipalizado de
especial singularidad, que imparte la modalidad de educación general
básica (7.° y 8.° años) y de educación media científico-humanista (1.º
a 4.º años), teniendo una cifra aproximada de 4250 alumnos regulares.
El Instituto Nacional es considerado un bastión de la
educación pública chilena, ya que por sus aulas han pasado numerosos Presidentes
de la República , Ministros
de Estado, políticos, intelectuales, artistas y escritores, científicos,
arquitectos y un sinnúmero de profesionales que han contribuido a la formación
de Chile. Diversos estudios lo han catalogado como uno de los mejores colegios
del país, el mejor municipal y el más prestigioso a nivel nacional.
Proyecto Educativo
del Instituto Nacional, marzo de 2011.
La finalidad educativa del Instituto Nacional es formar
buenos ciudadanos. Formar buenos ciudadanos implica educar para la vida, es
decir: educar para el saber, para el amor, para el trabajo, educar hombres
amantes del derecho y la verdad. Significa asumir a la persona en desarrollo
como ser perfectible, dialogante y solidaria. Educar es promover una formación
integral para la internalización y ejercicio pleno de los derechos y deberes de
la ciudadanía que dan arraigo y sentido de pertenencia a un pueblo, a una
cultura y a una geografía. Por ende, esta finalidad educativa, implica promover
una adhesión a los valores patrios del ser nacional en virtud de los cuales nos
reconocemos como pueblo y nación, con una identidad que nos congrega
unitariamente bajo símbolos e instituciones comunes. Sin embargo, la formación
del ciudadano no puede quedar circunscrita a la sola adhesión de las
aspiraciones nacionales; sino que además requiere que éste se haga partícipe de
las aspiraciones sociales de toda la humanidad.
Primer Centenario
En vísperas del primer centenario del Instituto Nacional, se
hacía necesario contar con nuevo himno oficial, pues el antiguo creado en 1813
y con letra de Bernardo de Vera y Pintado se encontraba en desuso. En
consideración a lo anterior, el Rector Espejo autoriza al profesor Ismael
Parraguez a realizar un concurso entre los alumnos para crear un nuevo himno.
El actual Himno Institutano se encuentra compuesto por las estrofas de Eduardo
Moore Moreno, alumno de 6° año, una estrofa del alumno de nacionalidad española
Pascual Baijes Valloerdú, de 4.° año y una del propio profesor Parraguez, quien
además se encargó de la música del Himno. Este himno fue interpretado por
primera vez el 10 de agosto de 1913 por un coro mixto.
Para el centenario se remodela el Patio Jardín, de acuerdo
al diseño paisajístico del profesor Carlos Ramírez, la biblioteca a la fecha
era una de las más importantes del país y de Latinoamérica, se habían
desarrollado de manera exitosa los gabinetes de química, Cosmografía, Ciencias
Naturales y Física y el Gimnasio era uno de los más modernos del país.
Las fiestas del centenario encontraban al Instituto en su
punto máximo de esplendor, se efectuó una velada en el Teatro Municipal que
contó con la asistencia de los más ilustres exalumnos de la época y el Rector
Espejo realizó un gran discurso ante toda la concurrencia, hubo desfiles
ciudadanos y fiestas para los estudiantes, aparte del reconocimiento de toda la
comunidad nacional.
En 1926 fallece el Rector Espejo asumiendo la rectoría de
manera interina el Inspector General Carlos Ramírez, para luego ser nombrado
por el Consejo de Instrucción Pública el profesor Carlos Mondaca.
Durante el breve rectorado de Mondaca, el Rector promovió un
relajo en la severidad que había caracterizado al Instituto, permitiendo un
mayor bullicio, y que los cursos para el 10 de agosto realizaran fiestas y
números artísticos. En 1927,
a raíz de una serie de disputas entre la Universidad de Chile,
el Instituto Nacional y la dictadura de Ibáñez, el Consejo de Instrucción
Pública llega a su fin.
En noviembre de 1928 fallece el Rector Mondaca.
En diciembre, por decreto del Supremo Gobierno, es nombrado
como Rector el profesor Ulises Vergara Osses.
A dos meses de asumir la Rectoría , sobreviene uno de los hechos más
nefastos para el Instituto y para la cultura de nuestro país. En enero de 1929,
Pablo Ramírez, Ministro de Carlos Ibáñez del Campo, ordena la demolición de la Biblioteca del
Instituto Nacional, ubicada a un costado de la Casa Central de la Universidad de Chile,
con el objeto de ubicar en dicho espacio una piscina. El colegio solo logró
recuperar 15.000 ejemplares de la fuera una de las bibliotecas más grandes y
completas del continente. El resto de los libros fue repartido entre la Biblioteca Nacional ,
el Instituto Pedagógico, la
Universidad de Chile y varios Liceos del país, y un número
indeterminado tuvo que ser desechado.
En 1931 hace su estreno el Coro del Instituto Nacional,
organizado por el profesor Isidoro San Martín.
En 1936 el profesor de Castellano, César Bunster, y el
Bibliotecario, Ernesto Boero Lillo, proponen al Rector Vergara la creación de
un órgano literario oficial del plantel, naciendo el 10 de agosto de 1936 el
Boletín del Instituto Nacional, la publicación periódica más importante editada
por el establecimiento.
El mismo año, pero en diciembre, fallece el profesor de
matemática Manuel Aguilera, quién dispuso que con su óbolo se crease una
fundación que premiara con el usufructo de su casa habitación, al "mejor
institutano" de cada generación que egresara.
En 1940 nace ALCIN, la Academia de Letras Castellanas del Instituto
Nacional, producto de las gestiones del bibliotecario Ernesto Boero Lillo y del
profesor Emilio Tizzoni.
En 1941, el exprofesor y Presidente de la República , don Pedro
Aguirre Cerda, convoca al Rector Vergara para ser Ministro de Educación. En su
reemplazo queda el vicerrector Ramírez.
En 1947, el Centro de Alumnos pasa a ser Gobierno
Estudiantil, de acuerdo a las normativas dictadas por el Ministerio de
Educación.
En 1954 se acoge a retiro el Rector Vergara, asumiendo la Rectoría Antonio
Oyarzún Lorca.
Sesquicentenario y
nuevo edificio
En 1956, la
Cámara de Diputados y el Senado aprueban una moción del
Senador Ángel Faivovich que permite iniciar los estudios para construir un
nuevo edificio para el Instituto Nacional.
Dictadura Militar
chilena de 1973
Institutanos muertos por la dictadura de Pinochet.
Patricio Acosta
Salvador Allende
Alan Bruce
Antonio Cabezas
Augusto Carmona
José Carrasco
Manuel Donoso
Ricardo García
Mauricio Jorquera
Georges Klein
Carlos Lorca
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Jorge Muñoz
Roberto Nordenflycht
Orlando Letelier
Eduardo Paredes
Enrique Paris
Jorge Peña
Fernando Peña
Héctor Pincheira
Anselmo Radrigan
Arsenio Poupin
Enrique Ropert
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Alfredo Rojas
Francisco Rozas
Claudio Silva
Ricardo Silva
Mario Superby
Claudio Tognola
Luis Valenzuela
Fernando Valenzuela
Guillermo Vallejo
Víctor Zúñiga
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Hoy es el comienza de un nuevo siglo para los institutanos
de corazón. Hoy somos testigos de los grandes cambios que los jóvenes exigen a
nuestros gobernantes y a nuestra querida casa. Hoy somos espectadores y actores
de una verdadera revolución, que pretende regresar la Educación de Chile a la primera
liga, de donde jamás debió descender. Hoy más que nunca estamos presentes codo
a codo, junto a nuestros jóvenes institutanos y estudiantes de todo el país,
para continuar en las calles y avenidas de Chile, para avanzar sin tranzar por
nuestros sueños e ideales.
Queridos amigos, compas, hermanos e institutanos. No podemos
olvidar de donde venimos y hacia donde tenemos que llegar. El fascismo hace
mucho que se encuentra entre nosotros, pero ya es tiempo de decir “basta”. No sólo
comenzamos un nuevo siglo, también damos principios a nuevas luchas, como lo ha
sido en nuestra historia y continuará siendo en los siglos venideros.
Quiero dejar un fraterno abrazo y saludo a los señores
auxiliares del aseo, a los señores inspectores, a los(as) señores(as)
profesores(as), al personal administrativo, a los inspectores generales y
rector, a los apoderados y recordar cariñosamente a los que hoy se encuentran
en el Oriente Eterno, en especial a un joven inspector del Instituto, que
siendo estudiante de arquitectura, fue Secretario de la Construcción del
actual edificio y posteriormente profesor de matemáticas, física y estadísticas,
mi padre Milan Grušić Ansieta. Para finalizar, quiero dejar un triple abrazo
fraterno para los actuales alumnos del Instituto Nacional, a los ex alumnos y a
los futuros institutanos, ya que, únicamente ellos han sido y serán ejemplo de
lucha, junto a todos los estudiantes de Chile. Gracias…
Muchas felicidades