27 DE FEBRERO, A 3 AÑOS DE FRAUDE ¡A PASAR EL SOBRE AZUL AL
GOBIERNO! 27 F
¿RECONSTRUCCIÓN COMO EJERCICIO DE DERECHOS U OPORTUNIDADES DE LUCRO.
Se cumplen 3 años del terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010. A la vez, se sucede
un tercer año del gobierno de Sebastián Piñera. En este contexto, el gobierno
pretende imponer un supuesto éxito de su mandato y para ello utiliza uno de los
pilares de su política, la llamada "Reconstrucción". Pero la realidad
es que han pasado 3 años en que la situación de las mayorías de nuestro país ha
seguido empeorando. La promesa de un Estado que -ahora sí- beneficiaría a los
desposeídos, se vuelve polvo que lleva el viento. Hemos experimentado el engaño
sin pudor, porque esa es la lógica del régimen económico y político impuesto
hace demasiado tiempo.
A la vez, todo empieza a ser más claro. Los que han
gobernado no tienen el menor compromiso con su pueblo, tampoco con los
intereses generales de su país. Lo que interesa a estos "representantes
públicos" es acelerar el despojo de todo lo que el país y la familia
trabajadora puedan tener y necesitar. La tierra, por ejemplo, está en disputa
en muchos sectores y, hasta aquí, la mayor parte de estos conflictos se han
resuelto en favor de quienes detentan la riqueza y en contra de los más pobres.
De este modo, queda demostrado el afán de saquear la tierra de la población
trabajadora en función del lucro ilimitado. Esta realidad se extiende a todos
los campos sociales, al trabajo, a la salud y la educación, al medio ambiente.
Bajo esta presión intolerable que agobia a la familia, la sociedad entra en
crisis. Debemos enfrentar la pesada carga de este régimen inhumano.
Han sido 3 años de fraude que coronan otros muchos años similares. Hace 3 años
el terremoto del 27 de febrero desnudó cruelmente a nuestra sociedad, con sus
debilidades y falsedades, y dio inicio a un gobierno descarado hasta la
ridiculez. Del mismo modo, el fraude se ha desvestido de sus apariencias hasta
el punto más grosero, descubriendo los intereses de inmobiliarias, consorcios,
ministerios y presidentes.
Pero también es cuando despierta lentamente un país que necesita unirse. A 3
años de fraude decimos "ya basta", "no les creemos",
resistamos al fraude, combatamos el despojo y ataquemos la esencia del
problema: la corrupta alianza político-empresarial. Contra el fraude y de sus
herederos en las instituciones, como la más cruel de las estafas; defendamos
nuestros derechos y, sobre todo, nuestros intereses de clase.
A 3 años de este circo de mal gusto, de saqueo y abusos, llamamos a los
solidarios y a los justos, a protestar el miércoles 27 de febrero, marchamos a
las instituciones del poder político para entregar el sobre azul, por cada
fraude, por cada estafa, por cada traición a los intereses de Chile y de su
pueblo, a 3 años del fraude de la reconstrucción. Se cumplen 3 años del
terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010.
Mientras no se publiquen los supuestamente beneficiados con entrega de casas y
llaves en mano todo está en penumbras. A este gobierno no se le cree nada ellos
mismos se han encargado de construir, pero construir mentiras y ahora sufren
las consecuencias, pero aún así siguen mintiendo en muchos temas.
Por otra parte muchos acuden a la técnica añeja, fastidiosa y también mentirosa
del empate. Justificar mi robo con que otro anterior también pudo haber robado,
es, a lo menos, cobarde, vil y desvergonzado.
Creo lo que debiese importar es que no haya gente en la calle, no haya
discriminación y no haya abusos no importando quien los resuelva el País y el
Estado es uno solo.
Vecinos de Concepción reciben a Piñera con protestas por
demandas habitacionales, por considerar que en tres años, la reconstrucción ha
sido un negociado y puro bla, bla, la tan llamada y cacareada reconstrucción de
Excelencia.
Cerca de una treintena de damnificados del Parque Residencial Miraflores, del
sector Lorenzo Arenas, protestó a la llegada del jefe de Estado porque,
aseguran, que a tres años del violento sismo aún no tienen una solución
habitacional.
A pesar de que el Estado chileno tiene los recursos suficientes (luego de años
sostenidos de crecimiento económico), existe la percepción de que hay una
barrera ideológica que impide que las autoridades asuman una posición desde un
Estado garante de derechos, y frente a eso prefieran reproducir y profundizar
el modelo de Estado subsidiario con el único objetivo de reducirlo, dándole
protagonismo al sector privado y no a los actores sociales. En este sentido la
cooperación público-privada ha sido la tónica. De hecho debiéramos hablar para
el caso del proceso de reconstrucción en Chile, en algunos casos de cooperación
privada-pública, poniendo en primera posición al sector privado.
Desde el minuto de afrontar la emergencia han existido cuestionamientos e
investigaciones sobre la relación “incestuosa” entre sector público y privado.
Algunas casos han sido: el sobrepago[1] de las viviendas de emergencia o
“mediaguas”; la falsa de ayuda humanitaria[2] ingresada al país por una de las
cadenas más grandes de supermercados, pertenecientes a uno de los grupos
económicos más poderosos del país, llamado Cencosud; el sobreprecio pagado por
un puente mecano por el Ejército[3], entre otros escándalos salidos a la luz
pública.
El proceso de reconstrucción ha sido cuestionado también por los planes de
reconstrucción realizados por empresas privadas con conflictos de interés en
los territorios y sin licitaciones públicas. Pero quizás el caso más
emblemático de relación de complicidad entre el sector público de vivienda y
ciudad y el sector privado, ha sido la antigua relación entre el Minvu y la Cámara Chilena de
Construcción (CchC). Hay indicios que la CchC en la década de 1960 habría participado en
el diseño del Minvu. Así como su protagonismo en la definición de las políticas
subsidiarias instaladas desde 1975 hasta hoy, de las cuales las grandes
empresas de la construcción organizadas en el CchC han sido unas de las más
grandes beneficiarias. El poder y la influencia de la CchC han quedado en evidencia
en el proceso de reconstrucción desde 2010. Presiones políticas secretas al
Minvu, para aumentar los “incentivos” a las empresas, que sólo se han llegado a
conocer a través de filtraciones o investigaciones de la prensa.
La reconstrucción como excusa para erradicar a los pobres de los centros de las
ciudades o de los bordes costeros.
Vemos entonces como se replica la política de vivienda subsidiaria, que expulsa
a los pobres a las periferias y genera ciudades segregadas, dejando a los
pobladores afectados desarraigados de sus lugares de origen, donde mantenían
redes y tejidos sociales, además de poder acceder a servicios públicos e
infraestructura inexistente en las periferias. Al parecer los “desastres
socio-naturales” como maremotos, terremotos o incendios se utilizan como
oportunidades para “limpiar” terrenos de sus habitantes originales y darles
plusvalías para el mercado inmobiliario. Esto se ve reflejado en las mismas
declaraciones del Ministro de Vivienda, quién destaca como un logro de la
reconstrucción “la vitalidad del sector privado”, pero a costa de los de
siempre, los pobres de la ciudad.
Frente a este panorama renacen procesos de organización y resistencia desde los
territorios, que demandan el derecho a la vivienda y el derecho a la tierra,
ambos protegidos por instrumentos del derecho humano internacional, en tratados
ratificados por Chile. El desafío ahora es como diseñamos una nueva política
urbana, que sea capaz de resguardar los barrios y sus habitantes y evitar estos
procesos de expulsiones, ya sean por el mercado o por las propias gestiones de
los actores del estado. El enfoque del derecho a la ciudad y desde la justicia
espacial es una alternativa, ya que plantean la función social de la ciudad, y
la especialización de la justicia social, respectivamente. ¿Y QUE NO ESTABA
TODO LISTO? MENTIROSOS DE SIEMPRE.
Audito Saavedra Martínez
Profesor, dirigente.
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