Alberto Fuentes, analista político, escribe este miércoles
23 de mayo una columna en "La voz de Valparaíso", diario electrónico
de la Quinta Región ,
acerca de la actuación de los masones en la historia nacional "... los
masones fueron protagonistas. Edad de Oro en los comienzos del siglo XX hasta
los inicios de la década de los 50, vimos cómo muchos de ellos fueron poderosos
caballeros de la política partidista, los gremios empresariales e
intelectuales".
En esta semana, posterior a la celebración de las Glorias
Navales de la República ,
nuestro país conmemora que hace 150 años se fundó la Gran Logia de Chile,
institución que aglutina a gran parte de la masonería nacional en torno a una
institución rectora y reguladora de sus prácticas y doctrinas.
Importantes eventos se realizarán. Homenajes, discursos y
actos públicos, donde participarán el Presidente de la República , los
presidentes de ambas cámaras legislativas, las Fuerzas Armadas y representantes
de la sociedad civil, para resaltar una labor constructiva para lo que es el
Chile contemporáneo.
Es menester, que en esta columna, también realice un
acápite, dentro de la vorágine política y social de hoy. Esto, ya que los
masones, fueron parte de esa clase burguesa y meritocrática que configuró
nuestra sociedad. Una clase particularmente revolucionaria que cambió la
realidad de una manera diametral. Hizo emerger las ideas ilustradas y
racionales, desarrollar el comercio exportador, los bienes suntuosos, como también
constituyó las bases de la educación pública, la academia y la investigación.
Sin la clase burguesa, ambiciosa de poder y del mantenimiento de sus ideas,
Chile hubiese seguido en la postración colonial de las tinieblas.
Sin lugar a dudas, los masones fueron protagonistas. Edad de
Oro en los comienzos del siglo XX hasta los inicios de la década de los 50,
vimos cómo muchos de ellos fueron poderosos caballeros de la política
partidista, los gremios empresariales e intelectuales.
Sin embargo, la polarización política de Chile, la
totalización de los proyectos ideológicos, la crisis institucional y el quiebre
democrático, sumado al silenciamiento de la Gran Logia ante los
crímenes de lesa humanidad que se cometieron, ha contribuido a un cambio del
protagonismo masónico. La vuelta a la democracia y una elite vinculada a
organizaciones conservadoras, para nada simpatizante de la anterior gloria
masónica, además de la sinergia del individualismo, la rapidez consumista y el
exitismo profesional, ha dejado a la Masonería relegada a un tradicionalismo sin
entusiasmo.
Esta semana, donde esta institución preponderante en Chile,
cumple 150 años, cabe como ciudadanos nos realicemos diversas preguntas. ¿Hoy,
ante una sociedad más dinámica y horizontal, que rol juega esta institución?
Como ciudadanos de un mundo global ¿cuáles son nuestras exigencias sobre la
transparencia de sus actividades? Los principios de libertad, igualdad y
fraternidad – que pregona la institución referida – ¿hoy están vigentes y como
permean en la sociedad en su totalidad? ¿Cuáles son los esfuerzos de los
Masones de hoy para atraer a jóvenes y lograr protagonismo?
Estas respuestas, tengo la certeza, las están comenzando a
responder y si no, debemos exigirlo. Por eso mismo, debemos felicitarlos por su
aniversario para mirar a un futuro como nación con unidad y esperanza.
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