Los textos de historia deben revisarse y la figura de Arturo
Prat debe ser cuestionada: el capitán fue un asesino de su propia tripulación
En Chile celebramos al maniático Arturo Prat simplemente porque desde niños se
nos ha adoctrinado para adorar a este "santo secular", como lo
describe William Sater. Acá no hay nada distinto de lo que hacen los gobiernos
bolivianos, que adiestran a sus escolares para adorar a Eduardo Abaroa,
supuesto héroe de la Batalla de Calama (no se preocupen si nadie ha
escuchado de ellos, los bolivianos y los peruanos apenas conocen al gran Arturito
Prat, aunque los descendientes de Abaroa ahora son chilenos y portan el apellido
Luksic). Ambos son beatos de guerra, idolatrados en sus respectivos países
simplemente para exacerbar el nacionalismo y lograr reclutar tropas. Pero lo
más importante de todo es recordar que Arturo Prat fue un verdadero idiota.
Este sitio sostiene que en la vida debemos ser pragmáticos. Y si declaramos una
guerra, esta debe ser justa, y es mejor ganarla que perderla. Arturo Prat
declaró una batalla inútil, forzó a su tripulación a dar una pelea que era
imposible de ganar, e hizo de sí el hazmerreír de Chile cuando declara en su
arenga: "y si yo muero, mis oficiales sabrán cumplir son su deber".
Pero su tripulación debió ser rescatada del mar por "el enemigo" ya
que se estaban ahogando, mientras el enajenado capitán Prat saltó "al
abordaje, muchachos" para ser muerto de un solo tiro ya que se había
salido de sus casillas. De hecho, nadie lo siguió. Y si su tripulación era tan
valiente, ¿por qué aceptaron ser rescatados por los peruanos? ¿Acaso no
prefirieron morir? No, porque nadie hacía caso de las órdenes del mediocre
oficial, asignado a custodiar Iquique a sabiendas que no había mucho que hacer,
y fue enviado lejos porque era una molestia para sus superiores jerárquicos.
El rescate de los chilenos fue ordenado por Miguel Grau para no intensificar la
carnicería inútil. Este hecho de gran humanidad significó un retardo enorme en
el avance del Huáscar, con lo que finalmente se pudieron abastecer las tropas
chilenas asentadas en Antofagasta (recodemos que el objetivo último era
abastecer a las tropas chilenas que avanzarían por Atacama, y Pratcito sólo
debía "molestar" para retardar el Huáscar y dar tiempo para que
llegaran las vituallas). Si Grau hubiese sido un sádico como Prat, habría
aniquilado a los chilenos que se ahogaban por culpa de Arturito y la flota
peruana habría llegado a tiempo a Antofagasta para desbaratar las operaciones
chilenas de abastecimiento.
Pero no olvidemos que al contrario de la actitud peruana, y del mentecato
Arturito Prat Chacón, Carlitos Condell sí ganó el combate de Punta Gruesa
gracias a su extraordinaria pericia como comandante de la Covadonga , llevando las
embarcaciones a un roquerío donde hizo encallar al adversario, anotándose un
triunfo a pesar de estar en desventaja. Desgraciadamente, luego de vencer a los
peruanos de la
Independencia , ordenó aniquilar a todos los sobrevivientes,
ya rendidos, en avergonzante contraste con la actitud noble y humana de Miguel
Grau. O sea, los chilenos de la
Esmeralda se rinden, y fueron rescatados. Los peruanos de la Independencia se
rinden, pero fueron exterminados: es hora de revisar los textos escolares.
Eduardo Abaroa es ensalzado en Bolivia porque ante un combate desigual, espetó:
"¿Rendirme yo? ¡Que vaya a rendirse su abuela!". Los chilenos no
titubearon en matarlos a todos. "¡Qué ridículo!", pensará un chileno.
Claro, igual de ridículo que el Capitancito Prat que estaba más loco que una
cabra y por eso fue que lo asignaron a la deteriorada Esmeralda. Pero no
olvidemos que a los pequeños en Bolivia se los adiestra para que crean que Abaroa
es un símbolo nacional, tal como en Chile con el calvo y barbudo capitán de
corbeta.
Arturo Prat y Carlos Condell deben ser considerados como criminales de guerra,
no muy distintos de Patricio Lynch. Y así como es hora de no enseñar más
religión en los colegios para evitar el adoctrinamiento teológico, la enseñanza
de Historia es necesaria pero debe estar a cargo de entes independientes. Bertrand
Russell recomendaba que los niños estudiasen los textos de otros países,
aparte de los propios, y que de ahí sacasen sus propias conclusiones (vean aquí
un video de la versión peruana, y aquí una versión chilena). En Perú se
enseña que Prat se lanzó al agua, ¿quién tiene la razón? Sería bueno inculcar
el espíritu crítico en los escolares enseñándoles historia de modo inteligente
y analítico, y no adiestrarlos en creencias útiles para el gobierno, porque
muchos acontecimientos de la Derrota Naval de Iquique son
discutibles.
Lo único indiscutible es la cifra oficial de bajas. Chile: 143, Perú: 1.
Este blog insiste en que Prat y Condell deben considerarse como locos y
asesinos, o simplemente declararlos criminales de guerra.
Que weones más ignorantes, enfermo e hijos de puta
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