Por Manuel Tapial
Son ya dos años los que han pasado desde el ataque a la Flotilla de la Libertad por parte de
comandos israelíes en las aguas del Mediterráneo. Dos años en los que no ha
sido fácil olvidar, ni para las familias de los 9 asesinados ni para muchos
internacionales que viajábamos en aquellos barcos y que ese suceso nos cambió
las vidas. En estos días, unos y otros nos llamamos, nos hablamos por Internet,
recordamos los momentos mas duros y los mas divertidos, que también los hubo,
nos contamos como estamos y como estamos rehaciendo nuestras vidas y por
supuesto, nos damos aliento esperando que algún día se haga justicia.
Han paso dos años pero hay recuerdos que se mantienen tan
presentes que es como si hubiera sido ayer aquél crimen. Por ejemplo, es difícil
de olvidar como al compañero Osama Qashoo le torturaban, con una bolsa de plástico
puesta en la cabeza varios soldados le agredían con patadas y puñetazos sin
ninguna posibilidad de defenderse, o el momento en el que la compañera
británica Sara Colborne se plantaba frente a los soldados con una bandera de su
país pidiendo el fin de los disparos. También en estos dos años hemos tomado
conciencia de los grandes compañeros que nos hemos encontrado en el camino,
compañeros y amigos de esos que perdurarán para siempre.
En todo este tiempo, ni gobiernos ni organismos
internacionales han hecho absolutamente nada para reparar aquél crimen del que
también fueron responsables, mas bien se limitaron a crear comisiones de investigación
como la Comisión
Palmer para exculpar de sus crímenes a Israel. Únicamente la
persistencia de los familiares de las víctimas y de los activistas que viajábamos
en esos barcos es la que ha conseguido que en Turquía la Corte Suprema haya
aceptado la petición de la fiscalía de abrir un caso inculpando a los máximos
responsables del asalto por “asesinato, incitar a asesinar de maneras crueles y
torturas”, pidiendo para los responsables nueve cadenas perpetuas a cada uno
por esos crímenes. En España, el caso que llevamos a la Audiencia Nacional
y que recayó en el juzgado número 5 que lleva el Señor Rud, sigue parado. Y
digo que sigue parado porque no hemos tenido noticia alguna de que haya
comenzado a investigar o que se haya realizado alguna pesquisa sobre lo
sucedido. Dos años después seguimos sin respuestas y esperando. Y esperando
también que Israel nos devuelva nuestros ordenadores, nuestras cámaras,
nuestras grabaciones (que hoy sabemos que en total se apropiaron de 950 horas
de grabaciones de todos los periodistas), etc. cosa para la que el Gobierno
español de aquella época, el de Zapatero, se comprometió a mediar con los
resultados descritos.
Han sido dos años de aprendizaje también. Dos años en los
que desde muchos territorios del mundo se lanzaron campañas de solidaridad con
Palestina que nunca antes habían existido, han sido dos años en los que a las
víctimas se nos ha arropado increíblemente por parte de la sociedad civil
mientras vivíamos el desprecio de nuestros políticos, han sido dos años también
en los que algunos hemos aprendido que ser revolucionario pero irrespetuoso con
las vidas ajenas como así se nos mostraron muchas personas que se nos
acercaban, no tiene ningún valor. También hemos aprendido que dentro de los
nuestros muchas veces hay muchas personas que no son de los nuestros, personas
que a la larga dinamitan procesos y cargan contra aquellos que en su día
admiraban porque no ven cumplidas sus expectativas, sin argumentos y con
descalificaciones personales.
También hemos aprendido la capacidad del Estado para
intimidar e intervenir en aquello que le molesta, aunque lo que se haga esté
dentro de todos los marcos legales posibles. Amenazas, intimidaciones,
seguimientos, ficheros ocultos sobre personas comprometidas con las campañas
que hemos trabajado y que por su puesto terminan sintiéndose como un riesgo
real para nuestras personas. Un Estado estático y al servicio de intereses
ajenos y no al de sus ciudadanos. Un Estado que no duda en infiltrar a sus policías
para criminalizar campañas de alto valor humano y que la sociedad organizada se
desintegre.
Estos días nos preguntamos si ya hemos superado todo
aquello, lo vivido durante el asalto que nos hizo populares siendo víctimas y
nos permitió la posibilidad de poner a Palestina en el mapa internacional, y lo
que derivó del asalto, la campaña posterior, Rumbo a Gaza. Nos tuvimos que
enfrentar a realidades muy alejadas de nuestra rutina habitual que tuvimos que
confrontar diariamente sin experiencia; viajes, conferencias, encuentros con
políticos (unos excelentes, otros mediocres y vividores), apariciones en medios
de comunicación, visitas a Parlamentos, etc. Una rutina que también nos generó
una realidad que nada tenía que ver con nosotros hasta la fecha. Y no, no lo
hemos superado porque el ciclo solo puede ser cerrado cuando se haga justicia,
cuando los responsables de aquél crimen sean llevados a los tribunales y paguen
por lo que cometieron.
Ya estamos alejados de los focos, del interés de los medios.
Dos años son mucho tiempo en términos de “información” tal y como se concibe
por las grandes empresas de comunicación cómo para que se haga un recuerdo a lo
sucedido, ni tan siquiera un seguimiento de las consecuencias de ese crimen.
Ningún medio de masas se ha hecho eco de la importante noticia de que haya un
General y varios comandantes israelíes en busca y captura en Turquía, miembro
de la Interpol ,
por aquél asalto, solamente por poner un ejemplo. Estamos intentando reconstruir
nuestras vidas, las personales, en otros proyectos que imponen otra intensidad,
intentando sobrevivir en la gran jungla del capitalismo como personas comunes
que éramos y que somos, pero nosotros ni olvidamos ni perdonamos lo que la
clase política dirigente, el ejército de la gran colonia militar que es Israel,
y nuestro gobierno (el de aquella época y el de la actualidad) nos hicieron.
Parece que Palestina e Israel ya no son noticia en los
medios de comunicación de masas. Las crisis en el resto de países del mundo
árabe ha desplazado el interés informativo y ha brindado a Israel un balón de
oxigeno para seguir asesinando de manera impune y robando territorio lejos de
los focos mediáticos. Pero persistimos con nuestra solidaridad. En breve,
comenzará la nueva misión de la
Flotilla de la
Libertad y de alguna manera estaremos presentes en ella, tal
vez no subidos en esos barcos o tal vez si, pero lo que esta claro es que sin
justicia, Israel no podrá dormir nunca tranquilo porque siempre estaremos ahí
para recordarles a ellos, y al resto del mundo, que no dejaremos que vivan en
la impunidad. Por el pueblo palestino que lleva mas de 60 años sufriendo, por
los muertos que van en ese conflicto, y por nuestros mártires en el Mavi
Marmara, nuestros compañeros Furkan Dogan, Cengiz Akyüz, Ibrahim Bilgen, Ali
Haydar Bengi, Cevdet Kiliçlar, Cengiz Songür, Çetin Topçuoğlu, Fahri Yaldiz y
Necdet Yildirim.
Aquí dejo un recordatorio de lo que vivimos, de algunos
informes muy clarificadores y algunas notas mas para su consulta. Que no se
olvide la injusticia.
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