Querida familia, amig@s, compañer@s:
Nubes grandes y pequeñas vagan en este cielo
obscuro de Patagonia, juguetean con ladera de cerros se enredan en el
bosques. Un pájaro sale de su nido y revolotea sin ver el
horizonte. El paisaje se pinta de verde, rosado, lila de flores, lila de cielo.
El bosque siempre verde, brilla con las gotas de la lluvia. Pinta el
verdes del monte, de la pampa, del pasto mojado al lado de mi
ventana. Unas gotas de lluvia adornan de brillo el filo de las plantas, el
silencio inmanente de la pradera en esta mañana gris.
Llega el mensaje, una señal, una esperanza, desde el
Subcomandante Marcos, de los mismos zapatistas que hace
unos días marcharon silenciosos por las calles de México.
Miles de hombres, mujeres, niños caminando durante horas en
el mas absoluto silencio, eso fue devastador de ver, especialmente para
los que vivimos en la contradicción permanente entre el consumo, el
ruido, las compras y al mismo tiempo, la huerta, la plantación lechugas, ajos
y papas que ya tienen flores.
Esta tarde en medio de la preparación del año
nuevo, nos regalo un pensamiento de la declaración:
"NUESTRAS VIVIENDAS SE MEJORAN SIN LASTIMAR A LA NATURALEZA IMPONIÉNDOLE
CAMINOS QUE LE SON AJENOS.
EN NUESTROS PUEBLOS, LA TIERRA QUE ANTES ERA
PARA ENGORDAR EL GANADO DE FINQUEROS Y TERRATENIENTES, AHORA ES PARA EL MAÍZ,
EL FRIJOL Y LAS VERDURAS QUE ILUMINAN NUESTRAS MESAS.
NUESTRO TRABAJO RECIBE LA SATISFACCIÓN DOBLE
DE PROVEERNOS DE LO NECESARIO PARA VIVIR HONRADAMENTE, Y DE CONTRIBUIR EN EL
CRECIMIENTO COLECTIVO DE NUESTRAS COMUNIDADES.
NUESTROS NIÑOS Y NIÑAS VAN A UNA ESCUELA QUE LES ENSEÑA SU
PROPIA HISTORIA, LA DE SU
PATRIA Y LA DEL MUNDO ,
ASÍ COMO LAS CIENCIAS Y LAS TÉCNICAS NECESARIAS PARA ENGRANDECERSE SIN DEJAR DE
SER INDÍGENAS".
Para este año que comienza, que cada uno encuentre su lugar
para hacer un mundo más justo, solidario, amable y cuidadoso de si mismo, del
otro y de quien nos alberga, la madre tierra.
Muchas gracias a todos y todas los que detrás de
esta pantalla siguen compartiendo sus pensamientos, sueños, ilusiones y rabias,
siguen dando testimonios de sus luchas cotidianas, triunfos y fracasos.
Un gran abrazo desde Patagonia el sur del sur,
Magdalena
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