Querida Familia, amig@s, compañer@s:
Hace un año escribí que Patagonia nunca mas será la misma,
porque mientras un hermano votaba a favor de la instalación de las represas de
Hidroaysén, otro era apresado en la calle por rechazarlas.
Ese día llegó de nuevo a la Patagonia la
represión, la brutalidad policial, la violencia de piedras, la lucha de
chilenos contra chilenos, situación que me han aclarado, no se veía desde la
dictadura.
Comparto con ustedes un texto de Peter Hartmann Director de
Codeff Aysén:
"Hoy 9 de mayo, se cumple un año desde que la Comisión Ambiental
Regional de Aysén diera su aprobación, con un solo voto disidente, al estudio
de evaluación ambiental, EIA, del proyecto HidroAysén. Un acto histórico en lo
negativo para la región, que fue precedido de innumerables irregularidades,
presiones a los servicios públicos revisores y hasta ilegalidades, en una
tramitación que tomo casi tres años y en la que ya durante el gobierno anterior
el Intendente S. Carrasco le había dado un cuestionado pase, cuando un tercio
de los servicios revisores lo habían calificado con información insuficiente e
ilegal. Si a Carrasco esa vez lo llamó el ministro del interior Pérez Yoma, ese
9 de mayo, fue el ministro Hinzpeter quien pauteó públicamente desde La Moneda la aprobación.
Esa aprobación, sin lugar a dudas fue un acto polémico por parte de
funcionarios de confianza del gobierno a quienes sus coterráneos calificaron de
traidores y “vendepatrias” ¿Cómo es que alguien nacido y criado en esta región
se podía prestar para algo así? Mientras, otros funcionarios, claramente
cumplían su rol en un Estado invasor. El que Aysén para el Estado de Chile sea
una colonia-despensa hacia la cual históricamente ha mostrado desprecio por su
integridad, ya lo sabíamos desde la “ley de quema”, el “boom pesquero”, la
invasión salmonera salvaje, entre otros actos deplorables en los que siempre
tuvo un papel por decir lo menos, impresentable.
Ese 9 de mayo del 2011, sin embargo, la ciudadanía de Aysén defendió de pié y
con dignidad la integridad regional. Y en eso contó con la solidaridad de todo
el país. Así, la Comisión
se encontró con cientos de manifestantes enfervorizados en las puertas y el
interior del Servicio de Evaluación Ambiental. Manifestantes que a su vez se
encontraron con un dispositivo de seguridad nunca antes visto en Coyhaique y el
cual, a pesar de estar autorizados y en actitud no violenta, terminó
reprimiéndolos al atardecer. Así Coyhaique conoció por primera vez las bombas
lacrimógenas y un enfrentamiento con la fuerza pública. Lo mismo ocurrió en
otros lugares del país con un saldo de cientos de detenidos.
La indignación consecuente, transformó ese acto ignominioso en un despertar
social y condujo a que tras más de veinte años de relativa calma, las y los
chilenos nuevamente salieran por miles a las calles a protestar. Y así, al poco
tiempo 74% de los chilenos llegaron a repudiar las represas en la Patagonia , volviendo
políticamente inviable esos proyectos.
A la movilización social se sumaron luego siete recursos de protección y varias
otras acciones judiciales, con lo que a un año de aquel entonces las represas
de HidroAysén siguen paralizadas esperando la resolución del Concejo de
Ministros, el que debe ver los reclamos y objeciones presentados y que impugnan
la resolución regional. Por cierto, cualesquiera sea la decisión de ese
Consejo, llevará a nuevas acciones ante la justicia. Y si le dan el pase a
HidroAysén, también a nuevas manifestaciones y una nueva baja en las encuestas
para el gobierno.
A estas alturas, a mas de seis años de anunciado el proyecto, a tres y medio de
cuando se suponía ya se estaría construyendo y a uno de los acontecimientos ya
descritos, HidroAysén se ha convertido en símbolo del oligopolio eléctrico
nacional, del monopolio del agua en especial en la segunda cuenca hidrográfica
en tamaño del país, en falta de ética y corrupción, en divisionismo en las
comunidades, en ejemplo de irregularidades en servicios públicos, en el no
respeto a tratados internacionales. También, en símbolo de la frontera del
desarrollo, aquel de la injusticia y falta de equidad, aquel en el cual pocos
se quedan con mucho y muchos con las migajas. Y en símbolo de las corporaciones
transnacionales gobernando Chile a su antojo, para que así unas pretendan
destruir la Patagonia
para que otras, las mineras, puedan contar con energía para llevarse los
minerales prácticamente gratis y a vista y paciencia de quienes nos gobiernan.
A tanto, que actualmente el gobierno se dispone a hacer lo posible para
facilitarles la línea de alta tensión, enviando una a la medida al Parlamento e
ideando una “carretera pública eléctrica” justo donde la línea de HidroAysén
contaría con mayor resistencia.
Es por eso, que la campaña Patagonia sin Represas también se ha constituido en
un símbolo, pero, de logros ciudadanos, de movilización y participación social,
de propuesta de política y matriz energética nacional, de mayor transparencia
en las decisiones y legislación eléctrica y de la necesidad de recuperar el
control sobre nuestros recursos, empezando por el elemento mas vital, el agua.
Y por último: ¿Cuál habrá sido la “genial” idea de votar la calificación
ambiental del megaproyecto de las represas geológicamente inviables en el Río
Cuervo justo un día antes del aniversario de la fechoría? ¿Reírse de las y los
ayseninos? ¿Desafiarlos? ¿Tropezar con la misma piedra? O, ¡Dios los ilumine!
mostrar que en este año algo han aprendido".
Quisiera terminar esta carta expresando mi profunda
preocupación porque hubo un preacuerdo de la mesa Social firmado con el
Subsecretario de Desarrollo regional, preacuerdo que NO se cumplió. Es grave también que nuestros voceros de la Mesa social en este momento
no están en la región.
Hoy nos juntaremos a una velatón, ayer estuvimos en la calle
como les conté en los mensajes de ayer. Como mandé algunas fotos, a algunos de
ustedes no les llegó mi mail. Los invito a leer mas información en:
Muchos cariños a todas y todos,
Magdalena
El día no está tan helado, hay algo de sol.
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