Querida familia, amig@s, compañer@s:
He vivido más de 25 años en esta región y nunca había visto algo así en la
calle:Cientos de personas fueron ayer al aeropuerto, a esperar a los integrantes de
la mesa que retornaban de las negociaciones en Santiago.
Venían en un bus, la gente los saludaba en el camino, detenía los autos, hasta
que bajaron algunos kilómetros antes de llegar a Coyhaique y caminaron hasta la
plaza de la ciudad. Muchas banderas chilenas, muy pocas banderas negras.
En la plaza, sobre la pick up de una camioneta improvisada y un equipo de
sonido que hacia todo lo posible por sonar, Misael Ruiz e Iván Fuentes saludaron.
La gente se veía feliz, orgullosa, muchos niños, adultos, los senadores, el
obispo, los vecinos.
Un niño de unos nueve años se acerca al obispo: Padre por favor bendígame para
que me vaya bien en el colegio este año, le dice mirándolo a la cara desde su
altura de niño. El Obispo le pregunta sobre sus estudios, pone su mano en la
cabeza y le da la bendición. El niño se va feliz.
Los mismos fotógrafos, audio-visualistas, periodistas que estamos viendo
en la calle en estos 43 días de movilización. Ellos han permitido que el mundo
sepa lo que aquí esta pasando. Si la violencia policial no se hubiera
difundido, probablemente el estado se habría sentido con propiedad para seguir
reprimiendo y castigando a la población civil.
Pareciera que esta es la tónica, y que hay mucha gente que todavía no comprende
que los movimientos sociales no se resuelven a golpes.
Son estos golpes los que tienen fracturado a nuestro país. Una fractura que
hemos vivido con mucha intensidad estos días de movilización y que nunca
pensamos que estaba tan latente.
Simplemente hay gente que piensa y siente, que al segundo día de movilización tendrían
que haber salido los militares a la calle y se habría terminado el problema ¿Matándonos
a todos?
Hay gente que no comprende que estos movimientos aparecen cuando, en vez de
buscar soluciones, se agrega presión a los conflictos, por ejemplo trayendo
FFEE desde Santiago.
Es evidente que hubo muchos avisos de que venía algo grave en Aysén: Marchas,
la quema de un bote en el puente, reuniones de lo dirigentes con la intendenta
etc. Bastaba con escuchar a radio, ver los comunicados, leer las señales para
constatar que se estaba gestando un conflicto y que había que poner atención,
algo que nunca se hizo y cuyas consecuencias quedaron a la visa.
Así como hay fracturas profundas en la región, hay fracturas profundas en el país.
La fractura de los más ricos y los más pobres, "las trincheras" dice
alguien. La trinchera de los que piensan de un modo o del otro, de los que
todavía justifican la violación de derechos humanos y de quienes las
denunciamos, de este gobierno y del otro, de nosotros y ustedes.
De los que dicen que hay que reparar el daño causado y los
que dicen que es mejor olvidarlo y lo olvidan. De los que nunca han querido
mirar de frente el problema, de los que taparon lo que sufrieron y se adaptaron
a un sistema de vida basado en el olvido.
Las trincheras de lo políticamente correcto:
¿Hasta cuando?
En cada una de estas trincheras hay una profunda rabia. Lo más
grave es esta rabia que se instala como un muro inexpugnable ¿Podremos alguna
vez sanarnos los habitantes de este herido país? ¿Acaso violencias como las
vividas en estos 43 días no aumentan la rabia y la fractura? Quizás cuando no
se olvida, se frena a los culpables, se repara el daño causado y se reconocen
los errores es posible crecer.
Iván Fuentes con tendencias socialistas "porque trabajo con lo
social" Misael Ruiz Renovación Nacional. Ambos compañeros se abrazan en la
pick up de la camioneta llamando a la unidad, la amistad de esta Patagonia
sin apellidos.
La Patagonia Ruge dice, Iván fuentes y continuará rugiendo hasta que los
acuerdos sean soluciones. Estamos después de 43 días de conflicto, recién
comenzando a conversar con el gobierno que deja un nuevo herido.
La renuncia del Ministro Álvarez. La región permanece en
Alerta amarilla. Los Patagones somos tozudos, los acuerdos se seguirán y se cumplirán,
el esfuerzo de toda una región lo merece.
Magdalena
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