I. Situación histórica: Estado, Educación y dictadura
En el contexto latinoamericano y
mundial, post Primera Guerra y Revolución Rusa, en el mundo se vive un
ambiente de agitación: la guerra había provocado que las contradicciones se
agudizaran a un ritmo más acelerado. Y es que los trabajadores se ven sumidos a
un régimen capitalista que continuaba expandiéndose, lo que implicaba un
crecimiento de la masa proletaria en paupérrimas condiciones de trabajo, lo que
se traducía en grandes ganancias para los poderosos. En la dinámica de la lucha
de clases, los trabajadores ante esta situación se insertan en el
escenario político, en la lucha por mejores condiciones de trabajo, de salud
etc. En resumen, luchan por mejorar sus condiciones de vida. La burguesía, los
poderosos, organizados bajo el aparataje del Estado, ven a Occidente caer en
una profunda crisis económica y observan con recelo aquellos lugares donde aún
se observa estabilidad, la órbita Socialista, ante esto se ven obligados de
otorgar ciertas concesiones con el fin de calmar los ánimos, para impedir un
mayor avance tanto de conciencia como de organización de las masas que implica
la amenaza de su poder. En este marco histórico, es que el “Estado Garante”
adquiere sentido y relevancia: la burguesía en el poder, y por lo tanto
ocupando los cargos administrativos del Estado, comienza a reorganizarse,
ante la presión de los trabajadores y el pueblo, para así otorgar concesiones
que permitieran generar un clima de mayor estabilidad para ellos. Así, es que
la noción de “derechos sociales” (salud, vivienda, educación etc.) y por lo
tanto un Estado que fuera capaz de otorgarlos toman forma, y se
constituyen como la herramienta capaz de amortiguar el descontento y el avance
de las ideas Socialistas en las luchas de los trabajadores. Sin embargo, dicha
situación es inestable, debido a la contradicción misma que
encierra: por un lado otorgar estos “derechos sociales” implica eliminar
sectores de ganancia para la burguesía, por otro lado, las problemáticas
economico-politicas que genera la relación de dicho Estado, y sus burguesías en
la inserción a la economía mundial (por ejemplo la baja de inversión
extranjera, puesto que ese tipo de Estado limita el accionar económico y
político de inversores tanto nacionales como extranjeros) y la profunda crisis
de producción que vive el Capitalismo a escala mundial pondrá en crisis
al Estado de Bienestar.
Ante esta situación de
inestabilidad, por un lado, de grandes avances para las masas proletarias en
cuanto a sus condiciones de vida, y por el otro, una burguesía que ve en jaque
su posición y sus intereses económicos, es que los poderosos, tanto a
nivel mundial, con el imperialismo vigente, y las fracciones de las
burguesías nacionales, optan -para poder recomponer el “orden”, para su
estabilidad económica, ya que la forma de Estado garante no permite
ampliar sus ganancias a costa de la explotación- por otro proyecto que, por un
lado aplaste la movilización y los avances de los trabajadores y por
otro, la instalación de una nueva forma que renueve sus negocios y su
dominación: las dictaduras militares. Ante el fracaso en Chile de la UP , del “socialismo a la
chilena” y ante la incapacidad de los sectores revolucionarios de instalar sus
posiciones en las masas, la dictadura militar viene a recomponer la dominación
de la clase burguesa, que implica cambios en la estructura del Estado, así como
cambios en la estructura económica del país, y así las privatizaciones vienen
a jugar el rol principal de “reactivador” de la economía chilena.
En el ámbito educativo, durante
los años '80, se vive una proliferación de Universidades, que bajo la lógica
mercantil, significa uno de los sectores más codiciados por la burguesía,
puesto que es un nuevo terreno en el que se puede intervenir
tranquilamente, al alero de la constitución del '81, lo que permitiría obtener
grandes ganancias para los empresarios y los poderosos. Así es que
la Arcis viene a dar a luz, en medio de esta dictadura marcada por
una profunda intervención política económica a la estructura social del país,
la cual es impulsada principalmente por el imperialismo
yanki y la Burguesía
Chilena y sus intereses de implantar su modelo neoliberal de
manera estratégica en el continente. Estos cambios fueron asumidos, sostenidos
y materializados por la burguesía nacional, la cual a punta de crimines y
terror no titubeo en ningún minuto en cumplir con sus objetivos, significando
esto, daños y retroceso significativo a los avances en el campo de la
organización y el poder alcanzando durante el periodo de la UP por parte importante del
proletariado chileno.
Los cambios realizados a la
estructura económica del país, en lo que compete a educación se ven enmarcados
en la sistemática mercantilización de esta que permitió instalar de lleno
la educación como un negocio (en términos económicos) y que se ve acompañada de
la descentralización administrativa y curricular, Al inicio de la década del
ochenta, la dictadura militar chilena diseñó nuevas políticas educativas, en el
marco de una operación mayor, que intentaba modificar el rol del Estado, bajo
el argumento que existía insuficientes recursos fiscales para sostener el
crecimiento del sistema educativo y que, además, los escasos recursos
existentes eran malgastados por la burocracia educacional. Estas políticas
develan claramente los intereses de clase que hay detrás de estos
cambios, ya que se transfirieron funciones económicas y sociales a unidades
descentralizadas del gobierno como los municipios,
permitiendo esto que el mercado desarrolle y administre la nueva
industria de la educación y con esto todos los establecimientos
educacionales (particulares subvencionados, particular pagados y corporaciones).
Así, el Estado deja de actuar como único proveedor y se constituye en un ente
subsidiario y regulador de los servicios educativos. Como parte de sus nuevas
funciones, el Estado supuestamente se encarga de la fijación de
estándares, de la evaluación de la calidad y de asegurar la equidad a través de
mecanismos de asignación de recursos que discriminen a la población según el
nivel económico y tipo de necesidad, con todo esto agudizando más las
diferencias de clases en el ingreso y calidad de la educación. Esto
porque este nuevo servicio se sostiene en el endeudamiento y sus múltiples
consecuencias económicas.
II. La Arcis
como proyecto alternativo de educación:
Es en este contexto de profundas
transformación a la sociedad chilena, en que nace un nuevo proyecto
educativo, con matriz critica, impulsado principalmente en la idea de dar
cabida a todos los académicos de izquierda que durante la dictadura
fueron aislados de sus labores, expulsados de la casas de estudio y desvinculados
completamente del mundo académico oficial, como así también a todos los
estudiantes que en ese momento no encontraban cabida en las otras
instituciones existentes, las cuales hasta ese entonces eran controladas por
designaciones de la dictadura o simplemente privadas con otros enfoques.
Es así como en 1984 pasa de ser un instituto de estudios sociales y
comunicación a lo que hoy conocemos como universidad de Ciencias Sociales y de
las Artes, logrando así una modesta estructura que ya para principios de la década
del 90 cuenta con el reconocimiento para funcionar como universidad, esto en el
contexto de pleno desarrollo y expansión de la educación de mercado o con fines
de lucro, donde por otra parte este proceso se consolida con la llegada del
conglomerado político burgués de la Concertación , para asumir la conducción del país
y así dar un nuevo paso para la profundización del sistema
Capitalista neoliberal, lo que también para esta universidad fue un
facilitador, ya que no contaban con el persistente hostigamiento
militar, por el contrario, el ARCIS se proyectaba como una de
las tantas instancias necesarias para la llegada de la “alegría” y la
conciliación nacional.
Avanzado este proceso de
conformación como universidad, en el contexto de la vuelta a la
"democracia", la universidad comienza adquirir reconocimiento
principalmente por su carácter de "proyecto crítico de izquierda" y
por contar con reconocidos académicos y teóricos marxistologos (Moulian,
Salazar, Arrate, Pérez Soto etc.) en los cargos administrativos y en el diseño
académico. Es en este proceso de consolidación de las políticas
económicas neoliberales llevadas a cabo por la Concertación , en
donde la universidad comienza a expandir sus ingresos de alumnos y comienza a
experimentar una frágil estabilidad económica, siendo en 1999 reconocida por el
Consejo Superior de Educación como una institución autónoma con poco más de
2.600 alumnos. Luego de un par de años de estabilidad económica débil es que en
el año 2004 la universidad entra en crisis económica producto
principalmente de los desórdenes administrativos y de gestiones causados
por la limitada rigurosidad en la administración institucional, generándose de
esta manera la necesidad de nuevas inyecciones económicas, las cuales llegan
por parte del partido comunista y el empresario Max Marambio. Estos aportes
económicos generan un cambio en la estructura de la
universidad, adquiriendo un progresivo paso a nuevas formas de generar
lucro (corporaciones, inmobiliarias, subcontrato), a costa del ingreso
económico que dan los estudiantes, y de la explotación de sus trabajadores.
III. Descripción de la situación actual:
Desde que se empiezan a generar
los problemas en la Arcis ,
los estudiantes y trabajadores agrupados en distintas instancias de
organización comienzan a cuestionarse las problemáticas que afectan la
universidad y de esta manera reaccionan contra los abusos que empiezan a
develarse, ya que representan la expresión misma de lo que es la explotación
y la indiferencia con la que actúan los patrones frente sus trabajadores. Dicha
situación toma un “cache” más bonito, ya que se disfraza en un proyecto
educativo de universidad crítica con carácter “súper” social, pero la
realidad que nos ocultan y no hemos sido capaces de visualizar, es que este
proyecto es de empresarios “de izquierda”, que ha ido mutando, desde una
universidad privada con carácter público a una empresa estándar con carácter y
estructura mercantil, lo que ha
significado en el transcurso de estos últimos años que la universidad
actualmente cuente con más del 80% de su docencia vinculados legalmente por
honorarios (subcontrato), y que sus estructuras legales sean corporaciones e
inmobiliarias las cuales se caracterizan por su componente lucrativo y lavado
de imagen, que se enfrasque en la dinámica de contratación de servicios
externo y en definitiva, en las más puras políticas económicas capitalistas,
que hoy le permiten vender o hacer desaparecer fondos sin importar que se
arriesgue el sueño de miles de estudiantes y la estabilidad económica de
cientos de trabajadores.
Hoy podemos dar cuenta que
la universidad Arcis es un fiel reflejo de la crisis que existe en toda la
educación chilena y de su carácter mercantil, además de cómo opera la
clase dominante y su apuesta respeto a la educación de mercado, esto nos
permite concluir que no es solamente un problema de carácter económico,
sino que político. Es una clara manifestación del proyecto Burgues en materia
de educación, y de sus devastadoras consecuencias cuando ya las ganancias no son
suficientes para ellos, cuando su proyecto deja de ser viable
económicamente, y de como los afectados son siempre, la clase
obrera y el pueblo, los trabajadores y estudiantes.
Actualmente todos los actores de la Universidad nos
enfrentamos ante la posibilidad real de que la universidad sea cerrada, debido
a los constantes problemas financieros que no permitirán que la Universidad se
acredite, por consecuencias se congelen los flujos de dinero de ingreso
por créditos (CAE) y Becas. Sumado a esto los estudiantes deben enfrentarse a
la problemática sobre su situación académica, la cual hasta el día de hoy está
en incertidumbre, primero porque la situación de crisis estructural en lo
académico a significado que muchos docentes de diversas carreras decidan partir
de la casa de estudio, en su natural decisión de encontrar una estabilidad
económica y en segundo lugar la universidad durante el periodo 2014 debía
re-acreditarse como institución universitaria, lo cual fue abruptamente
descartado debido a las diversas expresiones de crisis por la cual atraviesa la
institución. Todo esto para el estudiantado a significado que muchas carreras
principalmente las más pequeñas en cuanto a cantidad de alumnos, no
cuenten con docente necesarios para realizar su debido proceso formativo,
agregando que para las carreras pedagógicas la no acreditación significa quedar
a la deriva, ya que el titulo pedagógico al no estar acreditado no cuenta con
ninguna validación ante las exigencias del mundo laboral. Si a esto le sumamos
la inoperancia por parte del cuerpo corporativo de la universidad, en términos
de dar solución a falta de docentes, la situación toma un carácter aún más
grave, ya que no se sabe de gestiones que puedan superar y remediar el déficit
académico y el daño causado al estudiantado en su proceso formativo. Lo único
que sostiene la irregular situación académica, es el esfuerzo de un grupo
de docentes más comprometidos con los procesos formativos y la
situación de daño académico a los estudiantes.
¿Y qué ocurre con las autoridades de la Universidad ?
Hoy la corporación y dirección de
la universidad intenta bajar el perfil de la situación de crisis, a tal
punto de no reconocer el daño económico y considerándolo solo un problema de
flujos, lo cual no tiene argumentos concretos para sostenerse, de hecho ya ha
recibido los últimos ingresos por parte del estado, ya sean del CAE o de las
becas siendo cercanos a las 750 millones, no alcanzan a cubrir el pago de los
meses adeudados a los trabajadores de planta, los cuales son alrededor de 300,
esto sin considerar a los más de 100 profesores a honorarios, los cuales en la
últimas inyecciones económicas no son considerados como prioridad para pagar
los sueldos adeudados.
Bajo este escenario la
corporación ha entrado en una profunda crisis de autoridad que no le permitirá
resolver el devenir del Arcis y ha quedado demostrado en los hechos que la
corporación no representa en lo más mínimo los intereses de la Universidad y sus
diferentes actores. Por tanto no tiene autoridad moral alguna para sostenerse
como interlocutor válido del conflicto.
¿Y la
Comunidad Arcis qué?
Frente a esto como estudiantes y
trabajadores de la universidad, tenemos que avanzar en la articulación con
representación real de los estudiantes y trabajadores movilizados, para constituirnos
mediante la lucha directa en el interlocutor válido con el Gobierno, desalojar
a la corporación e ir por la recuperación del espacio de estudio y de trabajo.
No queremos traslados de estudiantes, no queremos cierre de la Universidad ,
nuestra convicción está fijada en salvar y controlar la Universidad en
nuestras manos y desalojar a los culpables de la crisis.
A su vez no nos detendremos y así
lo demostró la funa al Ministro de seguir interpelando al Estado como
ente responsable de generar estas situaciones de crisis, mientras siga siendo
la respuesta de esté, la indiferencia, la desvinculación y la violencia (como
por ejemplo la vivida ante el cobarde baleo con perdigones a dos compañeros,
Cristian Donari, Camilo Torres, por parte de Fuerzas Especiales de
carabineros) seguiremos radicalizando la movilización, persiguiendo a los
culpables directos de esta crisis (el partido Comunista) y el Estado como
garante de la educación de mercado y el lucro en la educación.
Si hoy no encontramos
repuesta en el Estado ni en la corporación dueña de la
universidad, solo nos queda
aumentar y diversificar las medidas de presión frente a nuestras demandas,
siendo una necesidad incorporar la radicalización en acciones de protesta
a llevar, ya que no toleraremos más abusos ni humillaciones, ni de parte de la
represión policial ni de la violencia estructural impuesta por la universidad.
Como estudiantes parte de la
clase trabajadora y más pobre del país, tenemos el deber de denunciar y asumir
una posición de pelea frente a los abusos y daños sufridos durante este periodo
académico, no toleraremos más agresiones por parte de la represión policial, no
toleraremos más medidas de amedrentamiento por parte de la rectoría y su
corporación, no toleremos que se sigan llenando los bolsillos a costa de los
sueños y aspiraciones de la clase trabajadora y por eso somos enfáticos
en decir que el proyecto académico arciano, al representar el proyecto de la
clase poderosa, no está al servicio de los estudiantes, de la clase trabadora.
Y que nos dice hoy la realidad sobre lo que es hoy la institución Arcis,
una universidad que se disfraza en proyecto crítico para poder lucrar y
meter las manos a los bolsillos, una universidad que no garantiza estabilidad a
sus estudiantes y trabajadores. Por esto, que debemos defender el
espacio universitario, por sobre lo que significa el fallido proyecto Arcis, ya
que es nuestro lugar de estudio y de trabajo el que peligra, es espacio
concreto que significa tanto inversión de dinero y tiempo, que tanto a
estudiantes como trabajadores ya no recuperaremos, pues se hace necesario que
el espacio se mantenga en la medida que su crisis, significa la pérdida
académica y de dinero para los estudiantes, y la pérdida de la fuente laboral
para los trabajadores.
Por ultimo como estudiantes
comprendemos que nuestra actitud frente al conflicto debe sostenerse en
la lucha férrea por defender nuestros legitimas reivindicaciones, pero nos
encontramos con la barrera política de lidiar con actores políticos tanto
internos a la universidad como externos, que solo cumplen con el objetivo de
desarticular y boicotear la movilización de los estudiantes y trabajadores, a
costa de implantar confusión e incertidumbre complaciendo los intereses de lo
ladrones y los grupos políticos vinculados a la crisis de la universidad,
demostrando una vez mas que los intereses de la burguesía no tiene limites y
son capaces de adquirir cualquier cuerpo o disfraz a costa de lograr sus
objetivos. Los cuales hoy se enmarcan en articular instancias
supuestamente representativas, las cuales no tiene ninguna vinculación directa
con los intereses de los estudiantes, y con esto no referimos a la errónea
interpretación de las necesidades de los estudiantes, hoy los estudiantes
comprendemos que los ejercicios democráticos se construyen y no se solicitan, a
demás luchamos por respuestas concretas frente nuestras necesidades económicas
y académicas, como así también por la desvalidación completa de la
rectora y la corporación, y comprendemos que el camino para lograr nuestros
objetivos es articularnos como un cuerpo completo, con capacidad de interpelar
y exigir nuestras reivindicaciones de manera real, no necesitamos traidores que
a la espalda de los estudiantes pacten y tomen acuerdos entre cuatro paredes.
Por todo esto llamamos a nuestros
compañeros estudiantes y trabajadores a pelear nuestras legítimas demandas y
a encausar nuestras ganas de pelear por los daños sufridos por la
universidad Arcis en complicidad con el Estado y la lacaya clase política
burguesa.
Nuestras demandas:
1- Que el Estado se haga cargo
del pago del año académico de todos los estudiantes afectados por la crisis del
Arcis durante el periodo 2014, (CAE, pagare y cheques).
2. Que el estado garantice y se
haga cargo de que los estudiantes de todas las carreras y niveles puedan
terminar su proceso formativo de manera normal y sin restructuraciones
académicas.
3. Que se reintegre a los
profesores y trabajadores desvinculados de manera autoritaria, bajo la
lógica de persecución política, ya que los profesores desvinculados
expresaron su legítima voz de lucha, descontento y compromiso frente a
los estudiantes frente a la situación de crisis.
4. Que la rectora y su
corporación sean sustituidos por un nuevo cuerpo directivo elegido
democráticamente por la comunidad en su conjunto que se transforme en
interlocutor valido en las conversaciones para dar solución a la crisis del
Arcis.
5 . Que se garantice a los
compañeros de las carreras de pedagogía la validación de su título
universitario, las cuales se ven directamente afectadas por la no acreditación
de la casa de estudio y las carreras pedagógicas.
HOY NUESTRA CONSIGNA ES, LUCHA RADICAL CONTRA LA CRISIS CREDADA POR EL
EMPRASIRADO DE IZQUIERDA Y LA COMPLICIDAD DEL ESTADO CON SU CLASE
POLITICA.
¡¡ ANTE EL ROBO Y EL LUCRO EN LA EDUCACION , LUCHA DIRECTA SIN NEGOCIACION!!
¡¡ LOS ESTUDIANTES DEL ARCIS LUCHAMOS Y DEMOSTRAMOS QUE ANTE EL
ROBO DE LOS RICOS, NO NOS QUEDAMOS!!
El Estado es un producto de la
sociedad de clases, es decir del carácter irreconciliable de las clases en
pugna. Nace como un poder, como una herramienta capaz de amortiguar las
contradicciones de clase, y mantenerlas bajo el límite de lo legal. Por lo que
es un aparato de dominación de clase y por lo tanto tiene ese carácter, que
favorece a la burguesía, puesto que encierra las luchas de los trabajadores en
el marco de la legalidad, del “orden”, procurando que no se salga de éste.


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