Por: Oscar Andrade
Viví por siete años en la histórica y pequeña ciudad de Weimar, (64.000 hab.)
conocida en Alemania como "La
Ciudad de los Clásicos", la cual entre otras cosas fue
el ll Reich alemán.
Muchas veces, las mejores historias de los grandes personajes que la habitaron
suelen conocerse por los mismos vecinos, estudiantes, e incluso de los labios
aguardentosos de los curiosamente cultos borrachitos de la plaza.
Esta historia que me la contó una estudiante de música clásica, es una de
ellas:
Ludwig van Beethoven, quien trabajó por once años su Novena Sinfonía, viajó
especialmente a la ciudad de Weimar, con la intención de proponerle al poeta y multifacético
Wolfgang von Goethe, quién ya era la máxima estrella europea de aquella época,
para que escribiera los versos de su famosísima 9° Sinfonía.
Para tal efecto, los dos se reunieron y se fueron de paseo a conversar por el
hermoso Goethe Park, (el que en cuya época obviamente no se llamaba así).
El parque, tiene unos pequeños senderos por el cual iban caminando muy
concentradamente en el tema los dos gigantes del clasisismo, cuando en sentido
contrario, venían caminando dos aristócratas.
Como el sendero era estrecho, al llegar ambas parejas al punto de encuentro,
Goethe se apartó del sendero para darles el paso con una elegante venia a los
dos nobles caballeros.
Pero Beethoven siguió caminado sin siquiera detenerse por el centro del
sendero, a lo cual los dos aristócratas tuvieron que cederle el paso al genio
musical.
Luego de este hecho, la conversación entre Beethoven y Goethe se convirtió en
una intensa discusión, provocando la ira del genio musical, quien le enrostró a
Goethe su servil comportamiento diciéndole:
"A la aristocracia se le reconoce por ser "un bien escaso", y
usted y yo somos ese bien escaso en este mundo. Por lo tanto los verdaderos
aristócratas somos nosotros y no ellos!"
Tan distantes se fueron haciendo los puntos de vista de ambos, que la relación
se cortó en ese mismo momento, prácticamente antes de haber comenzado, a raíz
de ese "pequeño" incidente durante lo que debió ser un creativo paseo
por el parque.
Beethoven, aprovechando que en la misma ciudad de Weimar vivía otro de los más
grandes poetas de la historia como lo es Friedrich von Schiller, recurrió a
este para completar su trabajo.
Y esa es la razón, por la cual la 9° Sinfonía de Beethoven lleva los versos
sublimes de Schiller y no los de Goethe, como era la idea inicial de Beethoven.
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